lunes, 26 de diciembre de 2016

Allen

querido allen ginsberg:

te dedico a ti mi última carta, no me preguntes por qué, solo lo haré.

hola, primero que nada, no te echo de menos, segundo que todo, ni siquiera te conocí, más que nada. y supongo que fue bueno no haberte conocido porque de seguro te hubieses enamorado de mi y hubieses escrito mi nombre y otros poemas y de todas formas hubieses muerto de cáncer y tu vida no habría tenido sentido porque eres budista y, y no sé a dónde quiero llegar.

honestamente no sé nada, ¿tú sabías algo cuando estabas vivo?

digo, cambiaste al mundo de alguna forma, por eso te conocen, por eso te leen, porque hiciste algo que cambia, y una vez que mueres el cambio sigue, y sigue, y sigue, pero al final puede que la gente siga igual ¿no?

¿crees que cambiamos?
¿alguna vez cambiaste?

qué va, eras poeta, creo que los poetas muertos no cambian ya, su prosa sigue siendo la misma por la eternidad de su muerte y sus versos son tan repetitivos que te provocan dolor de cabeza.

quiero ser poeta, pero no uno muerto, ni que su prosa sea idéntica ni sus versos repetitivos.

tiene sentido ¿verdad? dios, dime que si.

así como los amantes y las personas tristes, soy poeta ¿no?

¿tú eras amante o una persona triste? yo soy ambas, aunque intento ser más amante que alguien triste, porque no quiero estar triste, no quiero basar mi poesía en mi tristeza y en el dolor que me provoca mi amante, aunque irónicamente esas son las mejores de todas, pero no es lo que quiero, no lo es allen.

estoy un poco cansado de todo, cansado de preguntarle a la gente como tú qué hacer, gente muerta, gente que ya no es y no está. estoy cansado de no tener respuesta por la falta de existencia y que todo sea lo mismo una y otra vez.

no te preguntaré cómo deshacerme del dolor o algo por el estilo, estoy seguro de que tú no tienes esa respuesta, simplemente diré adiós, un adiós definitivo, y ya nadie sabrá de mi más que para leer lo triste que soy y el dolor que llevo dentro, o tal vez para leer la felicidad que crece en mi interior como si de un árbol se tratase y que frutos salen de mis labios y se quedan plasmados en una hoja, haciendo un jugo que brinda vida y calma la sed de aquel que está muriendo de ella.

¿eso tiene sentido?
espero que si.

fue un placer, allen.

con cariño,
yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario